Entiendo que nadie trata de justificar la barbarie donde quiera que se produzca, y los atentados de ayer en París son tan execrables y condenables como los que tuvieron lugar ayer mismo en Beirut con 40 muertos y de los cuales nadie habla, o los que se repiten con penosa frecuencia en Bagdad y que no pasan de ser un pequeño titular en página par de nuestros periódicos. Sólo cuando la muerte y el horror terrorista llega a nuestra casa se oye pedir intervenciones tan descabelladas e imposibles como cerrar con vallas y muros nuestro entorno y expulsar a los que vienen con ánimo de “destruir nuestra civilización” (sic).
Quizás debiéramos reflexionar sobre el hecho de que esta situación tan traumática sea algo cotidiano en otras partes del mundo motivada por la intervención de “nuestra sociedad civilizada”, pongo por caso Iraq donde día sí, día también se repiten atentados como ékste en mercados y en centros públicos, o Palestina donde la ocupación israelí mata y roba su tierra impunemente a los palestinos con el beneplácito callado de la UE y demás potencias.
Por todo ello creo que ahora más que nunca es momento de hablar de DDHH y de Justicia Universal
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Por: Teresa de Prado
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