Apoyo también las palabras de Teresa de Prado.La empatía, la compasión por las víctimas,es algo que todavía nos brota espontánea, instintivamente.Todavía no estamos del todo encorchados. Pero vamos de emoción en emoción,de barbarie en barbarie,de corrupción en corrupción, sin atrevernos a ir más allá de la tristeza el dolor, la indignación para tratar de entender el por qué, y por quienes pasan y nos pasan las cosas. Condenados a la repetición…
Quizás tendríamos que empezar por definir bien los actos: ¿es “terrorismo” o un “acto de guerra”? Porque estamos en guerra (hasta el Papa Francisco lo ha señalado).
La Justicia Universal, los DDHH, sí, evidentemente.Pero ocurre que humanos somos todos, también los “terroristas”: los islamistas y los Otanicos. Creo que el discurso de los DDHH (como el de ciudadanismo o el pueblo, o la gente) hay que utilizarlo con mucho tiento, porque puede ser un manto encubridor de conflictos reales, de desigualdades de clase y de explotación y dominación de unos sobre otros….
Ojalá este episodio en el corazón mismo de una Europa alienada,sumisa y bienpensante, nos sirva para salir del letargo de nuestra buena conciencia…impotente
Os dejo este artículo, que puede ser útil para empezar a plantearse cuestiones, desde el sentimiento, la tristeza y la compasión compartida:
http://blogs.publico.es/shangaylily/2015/11/14/no-es-terrorismo-es-una-guerra-de-la-otan/
Nous sommes unis
Un abrazo